La gente es mala...

"Mala no; imbécil, que no es lo mismo. El mal presupone una determinación moral, intención y cierto pensamiento. El imbécil o cafre no se para a pensar ni a razonar. Actúa por instinto, como bestia del establo, convencido de que hace el bien, de que siempre tiene la razón y orgulloso de ir jodiendo, con perdón, a todo aquel que se le antoja diferente a él mismo, bien sea por el color, por creencia, por idioma, por nacionalidad, o por sus hábitos de ocio. Lo que hace falta en el mundo es más gente mala de verdad y menos cazurros limítrofes."


Fermín Romero de Torres (La Sombra del Viento)

A mordiscos

Imagina a un niño pequeño, de unos cinco años, al que colocan delante de una suculenta tarta de chocolate. El pequeño sabe que no debe probar la tarta, su madre se lo ha prohibido y si lo hace le regañarán y castigarán severamente. Pero es una tarta tan buena… de esas que con solo mirarla se te hace la boca agua, siendo incapaz de pensar en otra cosa que no sea hincarle el diente. ¿Qué crees que haría el niño?

¿Controlarse?

No… el pequeño miraría la tarta y pensaría: “Bah, si pruebo solo un poco mamá no se dará cuenta”.

Pero, ¿quedaría la cosa ahí? No exactamente… Una vez que ha probado la tarta, el niño solo piensa en catarla de nuevo. “Bueno, si pruebo un trozo no importará, ¡todavía quedaría mucha tarta!

Está claro que la cosa tampoco se quedaría ahí. No hay otra cosa en la mente del chico que no sea la tarta. “Tampoco estaría mal que me comiera media tarta, la otra mitad se la dejaré a mamá y así no se enfadará tanto…

Pobre iluso.

Al final, como es de esperar, el niño sucumbiría al sabor del chocolate: “Creo que me voy a comer la tarta entera, total, ya que me van a regañar por haberme comido la mitad… ¿qué más da que me regañen por habérmela comido entera?

El silencio habla por sí solo... ¿no?

- Te estoy hablando...
- ...
- Oye...
- ...
- ¿Hola?
- ...
- Oye, ¿me estás escuchando?
- No me interrumpas cuando te ignoro.

¡Púlsalo! ¡Ahora! ¡Ya! ¡Venga!

- ¿Nunca has tenido ganas de presionar uno de esos botones rojos y brillantes en los que pone "no pulsar"?
- Pues no, nunca.
- ¿Ni si quiera por curiosidad? Para saber qué es lo que ocurre al tocarlo.
- Que no. Además, si pone que no lo pulses será porque no debes pulsarlo... ¿no?
- Si piensas así es porque nunca te has cruzado con uno de esos botones...

¿Tienes algo que hacer hoy?

tantas cosas por hacer...
y a mí que me falta mueble para poner post-its